lunes, 14 de enero de 2008

Serie 2ª: Profiterol 3

—Podría usted acudir a un capilatólogo, tal vez él, inserte en su
juicio un folículo de color carmín que le dejaría a usted en la
cumbre de los contenedores de la c/cavalleros esquina con Mossen Sorell.

—¿Puede usted volver a comerse un plátano?

—No, dejé tiempo ha tal fruto bananero, ahora, dada la ausencia de
cierto poeta sólo como kebabs para conseguir llorar, ¡ay, mi poeta
del kebab!

—¡Necesito ver la forma en que se come un plátano, señorita! ¡Ahí
lo tiene! ¡CO-MA!, ¡CO-MA! ¡CO-MA!

—Es usted un impertinente, ojalá sea devorado por un gran buda
menstruante, sí, sé que él nos cuidará de usted, que con dos dedos
poderosos le sacará los ojos y los perros con cabeza de profiterol
aplastaran sus globos oculares ensañándose en el lugar del color.
Pero todo esto no pasará ahora, no sucederá hasta el día en el que
el gran pájaro volador nos traiga al poeta más famoso de badulaques,
árabes, lituanos y kebabs ―sin cebolla, por favor, dijo aquella del
pelo rojo―.

—¡Cállese ya! Si no se come usted el plátano, si no se lo come, si
no lo hace, si no... TENDRÉ QUE COMÉRMELO YO.



Lloradora de la ausencia del Poeta del kebab: Jana

2 comentarios:

Anónimo dijo...

"Volverán los oscuros paquistanises", gran cantar!
Todos añoramos al excelso Poeta del kebab, que se encuentra a la derecha del Todopiloso en el firmamento profiteroliu.
Y qué pesao el del plátano!

Cachovatio dijo...

Muy Grouchiano, me gusta