martes, 29 de enero de 2008

Profiterol sexual

Un intenso olor a porro lo inundó todo.

Fue la noche de la Creación, la velada del Salto del Tigre sobre el espacio interestelar.

En sus ojos, los colores psicodélicos de la bola ocular del que Todo Lo Ve.

En sus oídos, los ‘greatest hits’ de The Sonics a toda pastilla.

El Innombrable y el Todo-Tanguino miraban desde la distancia, expectantes.

Al fondo, luces psicodélicas iluminaban la improvisada pista negra, grasienta, donde las masas informes se deformaban aún más. Contorsiones pasteleras de fabricante de ensaimadas.

Saltos. Pegotes de pasta despedidos por la ingravidez.

Suciedad. Porquería. Humo. Hierba. Aceite. Refriegas. Mucho frote.

El sexo aprofiterolado, entre salado y dulce, salió despedido empañando la noche con la sustancia pegajosa que da forma a nuestros cerebros.

Hay que joderse.

Estamos podridos.

1 comentario:

Anónimo dijo...

¡El origen del mundo!
¡El Big-bang profiteroliu!
¡La Aurora de rosáceos dedos!
¡Por el codo ayuso la sangre!
¡Ay Rosa, estás enferma!
Uyuyuyuy...
Creo que tengo una indigestión.
Los exámenes acabarán conmigo.