domingo, 10 de febrero de 2008

Mi paranoia, vuestra realidad

¡DIOS! Acaba de entrar una momia en el museo hablando en inglés. Debe ser Sir John Ceramicou o algo así, y parece octogenario.
Bueno, lo que te decía, q si no yo, mi voz ya hará algo que repercuta sobre quien se lo merece. Ayer un negraco imponente me dio una hostia en el gemelo con su rodilla y me ha dejado cojo. Le estoy cogiendo tanto morbo a las negras, sus pieles, sus carnes, músculos, curvas.... que me van a acabar gustando hasta los negros.
Ya sé lo que quiero ser de mayor. El año que viene me sacaré la plaza de funcionario. Al mismo tiempo el master de Cooperación al Desarrollo. Cuando sea funcionario y tenga las tardes libres me incrustaré en una ONG como técnico de proyectos. Aunque sea como voluntario. Pero sé que eso lo podré desarrollar y pronto será un trabajo.
Con los dos sueldos me inflaré a pasta. Cogeré experiencia. Comeré pollas. Y me montaré una ONG propia viviendo de las subvenciones. MONGOLIA: AYUDA A DAMNIFICADOS o algo así.
Finalmente desvirtuaremos los asquerosos propósitos caritativos de las ONG y fundaré la primera ONG con ánimo de lucro y con objetivos terroristas anarko-administrativos.
Opcionalmente, en algún viaje a África donde funde cualquier escuela-hospital-centro misionero agnóstico me enamoraré de una negra nativa que me consiga los papeles para residir en Botswana y nunca más saldré de allí.
Tú serás mi única invitada de occidente.
¿Consideras publicable este plan de vida en tu blog? ¿Es éste un proyecto etiquetable como profiterolístico? ¿Son suficientemente absurdas las ideas de qué hacer con mi vida?
Dime, orienta, clarifica y consuela. Y ni se te ocurra ser feliz. Eso siempre atonta y recorta potencial.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Yo tampoco pienso ser feliz!
César mongoloide, y yo que creía que mi vida era un profiterol!
Has sido elegido por el Gran Profeta para ser iluminado, no hay duda.

idoazul dijo...

Los mongoles, esa extraña etnia humana que comparte costumbres extrañas para el resto de etnias humanas.

En la nación mongol, es costumbre desayunar trozos de carne seca en forma de vara acompañada de finas rodajas de patata pasadas por aceite hirviendo, es buena costumbre chuparse y rechuparse los dedos después de comer y apurar hasta el hastío el continente plástico de esas curiosas patatas que tanto gustan a los mongoles.

Es un pueblo con una economía basada en el comercio, su moneda es la latadecervezafría, que acostumbran a cambiar por un trozo de metal redondo que les sirve para fabricar más latadecervezafría.

Acostumbran a optimizar todo en su vida, y son muy buenos en ello, por eso tienen por costumbre desplazarse, comer, dormir y aparearse en el mismo ingenio mecánico por ejemplo, ahorrando espacio y consiguiendo tener las mínimas posesiones posibles. Otro claro ejemplo de optimización es la costumbre de beber y fumar a la vez, su compleja fonética es otro claro ejemplo de optimización, pues su extraña lengua es capaz de duplicar el número de fonemas por tiempo que cualquier otra lengua.

Tienen un carácter sarcástico y algo cínico, son divertidos (aunque a menudo piensan que los que están al otro lado de la ventana son los que se divierten) y divierten. Coleccionan emociones y problemas que a menudo no buscan y practican el extraño juego de esconderse las cosas a si mismos para luego tener que buscarlas.

La nación mongol es un lugar interesante en el que, una vez hayas puesto tus pies, no podrás parar de hacer mongoladas.

Anónimo dijo...

Si no lo eres ya, sê mongol.
Muy guapos ambos textos, vaya.
:)
Isa

Anónimo dijo...

Aquí no se libra nadie. Somos todos unos pedazos de mongoles... Y profiteroles pasados de modernos.